miércoles, 3 de diciembre de 2025

Inmaculada Concepción (Martínez Montañés) - 1629/31

Inmaculada (La Cieguecita) - 1629-31 - Juan Martínez Montañés - Catedral de SevillaInmaculada (La Cieguecita) - 1629-31 - Juan Martínez Montañés - Catedral de Sevilla
INMACULADA CONCEPCIÓN (LA CIEGUECITA) - 1629/31
Juan Martínez Montañés
Madera de cedro policromada - 1.64 m de altura
Catedral de Sevilla

    La Inmaculada Concepción de la Catedral de Sevilla, conocida popularmente como "La Cieguecita", es la obra culmen de la escultura mariana sevillana y un arquetipo de la imaginería barroca. Fue tallada entre 1629 y 1631 por Juan Martínez Montañés para la capilla de la Concepción Grande, aunque actualmente se encuentra en la Capilla de la Inmaculada. La advocación de la Inmaculada Concepción tenía una profunda relevancia en Sevilla, ciudad que fue la principal defensora de este dogma, lo que impulsó el encargo de esta imagen. Su apelativo "La Cieguecita" proviene de la característica disposición de sus ojos: la mirada baja y los párpados casi cerrados, gesto que simboliza la humildad, la castidad y el recogimiento espiritual que, según la teología de la época, correspondían a la Virgen María en el momento de su concepción inmaculada. 
    La imagen representa a la Virgen niña con una serenidad y un equilibrio clásico que la distinguen de otras obras barrocas más dramáticas. Martínez Montañés, junto con Francisco Pacheco (encargado de la policromía), logró una figura de belleza idealizada, que se alza sobre una peana de querubines que sujetan el cuarto creciente lunar. El cuerpo, envuelto en un manto y una túnica con un rico estofado, presenta un contrapposto suave, dotándola de una gracia etérea y atemporal. Por su perfección técnica, su profundo significado religioso en el contexto sevillano y su influencia en imagineros posteriores, "La Cieguecita" es considerada la piedra angular de la iconografía inmaculista en el arte español.
   Su autor, Juan Martínez Montañés (Alcalá la Real, 1568 - Sevilla, 1649), es apodado el "Dios de la Madera" por su extraordinaria habilidad en la talla. Montañés fue la figura dominante de la imaginería andaluza del siglo XVII, estableciendo un taller en Sevilla que se convirtió en el principal centro de producción escultórica de la época. Su estilo se caracteriza por la perfección técnica, la belleza serena y la contención expresiva, diferenciándose del naturalismo a veces crudo de la escuela castellana. Además de "La Cieguecita", otras obras fundamentales de su legado incluyen el Cristo de la Clemencia y el San Jerónimo penitente, consolidándolo como el maestro que elevó la escultura de madera a su máximo esplendor clásico dentro del Barroco.

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