
MEDALLA DE ORO DE SAN JUAN DE AZNALFARACHE
A LA VIRGEN DE LOS DOLORES
José Tomás Pérez Indiano
La Virgen de los Dolores, titular de la Hermandad Sacramental de San Juan Bautista, ha recibido la Medalla de Oro de la Villa de San Juan de Aznalfarache. El cartel y la papeleta de sitio han sido realizados por el afamado pintor José Tomás Pérez Indiano, y presentados en el Ayuntamiento por Antonio María Lebrero en un acto presidido por la alcaldesa Mª Luisa Moya y el hermano mayor Fernando Paz.
La ceremonia tendrá lugar el 27 de septiembre en un acto que se iniciará con la celebración de la Santa Misa, a las 19.00h, en la Plaza de la Mujer Trabajadora. A continuación se le impondrá la Medalla de Oro a la imagen de Nuestra Señora y se celebrará una procesión extraordinaria por las calles de San Juan de Aznalfarache.
Este homenaje busca resaltar la profunda devoción local hacia la Virgen de los Dolores y quedará como un recuerdo imborrable para la comunidad.
El cartel conmemorativo se presenta como una exaltación visual de la devoción popular. La imagen central muestra a la Virgen en todo su esplendor, coronada y envuelta en un manto de bordados dorados que contrastan con los tonos blancos y rojos de su vestimenta. El fondo, decorado con motivos florales y hojas estilizadas, enmarca la figura con solemnidad y delicadeza, mientras que los textos manuscritos aportan una dimensión íntima y emocional al conjunto.
El estilo de Pérez Indiano en esta composición se caracteriza por su detallismo minucioso y una clara intención narrativa. Cada elemento pictórico está cuidadosamente dispuesto para reforzar el carácter sagrado de la imagen, sin perder de vista su dimensión humana. El uso del color, la luz y la textura transmite una atmósfera ceremonial que conecta con el imaginario cofrade, al tiempo que incorpora guiños contemporáneos que hacen reconocible su firma artística.
En esta obra, el artista logra conjugar la tradición iconográfica con una sensibilidad estética que habla directamente al corazón del devoto. El cartel no solo anuncia un acto solemne, sino que se convierte en un objeto de contemplación, que evoca la memoria colectiva y el fervor de un pueblo que honra a su Virgen con la máxima distinción.