GASEOSA LA INESPERADA - LINARES
Hacia 1960
En aquellos años, Linares era la locomotora económica de la provincia de Jaén y uno de los principales centros industriales de Andalucía. Hablamos de la década de los 60 del pasado siglo con la fábrica de automóviles Santana en pleno desarrollo, Oleo Metalgráfica del Sur (la popular fábrica de latas), ENIRA (estaba en la Estación Linares-Baeza y se dedicaba al aprovechamiento industrial de residuos de la agricultura), la fundición de La Constancia, la fábrica de Harinas de Marín Palomares,... y aún coleaban del glorioso pasado minero algunas explotaciones como La Cruz o Adaro. En esos años, en la Corredera de San Marcos, junto al Cine Olympia, los linarenses podíamos gozar de unos refrescos bien fríos y sabrosos en el despacho que abrió La Inesperada en tan céntrico lugar. Recuerdo especialmente el refresco de zarzaparrilla (aún no se había popularizado el nombre de Cola para este sabor) y, cómo no, el de limón que era la delicia de la mayoría de clientes.
La Inesperada fue un negocio familiar que logró introducirse en el mercado nacional gracias a la calidad y diversidad de sus productos, fue la primera industria que fabricó la gaseosa de fresa y otros sabores exóticos como coco aunque su principal producción era de sifón y gaseosas blanca y de limón. Amplió su fábrica trasladándose a la calle Alfonso X el Sabio, esquina a Jaime I, donde abrió terraza con mesas en la que se podía llevar la cena de casa y degustar las ricas y fresquitas gaseosas de la marca. Después se trasladó al polígono Los Jarales y allí, en 2011 y tras más de 80 años de existencia, se extinguió uno de los faros linarenses que alumbraban con excelentes productos el mercado nacional.
Sirva esta placa que hoy presentamos de homenaje a los hombres y mujeres que allí trabajaron y dejaron en nuestra mente, y paladar, el grato recuerdo de la mejor gaseosa que nació en Linares y toda España saboreó, La Inesperada.
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