miércoles, 1 de enero de 2020
Peter Paul Rubens - La Adoración de los Magos (1609)
La Adoración de los Magos - 1609
Óleo sobre lienzo
355,5x493 cm.
Peter Paul Rubens
Museo del Prado - MADRID
Iniciamos el año con una de las grandes obras del maestro Rubens que atesora el Museo del Prado, La Adoración de los Magos. Esta composición que destaca por sus grandes dimensiones fue un encargo realizado al pintor por la ciudad de Amberes, hacia 1608, para decorar el Salón de los Estados del Ayuntamiento donde tendría lugar la firma de un tratado de paz entre España y las Provincias Unidas conocido como la Tregua de los Doce Años. El cuadro, a la vez que presenta el hecho de la Adoración de los Magos, simboliza a los Archiduques como guardianes de las paz en estos territorios.
Es una obra donde destaca el colorido, el movimiento y la fastuosidad. Un cuadro donde la gran cantidad de personajes no impide una organización perfecta, con un eje diagonal que parte simbólicamente del Niño Jesús y llega hasta el ángulo opuesto en el extremo superior derecho. De la figura del Niño irradia la luz que ilumina la escena. La obra fue ampliada por el propio artista hacia 1628. En el añadido, correspondiente a la parte derecha y superior del cuadro, Rubens incluyó su autorretrato donde podemos verle montado a caballo, con espada y cadena de oro, reflejando con ello la condición nobiliaria que le había concedido en 1624 el rey Felipe IV.
Este cuadro llegó a España hacia 1613 de manos de Rodrigo Calderón, un político y diplomático flamenco al servicio de Felipe III y al que Rubens había pintado en un retrato ecuestre similar al que había realizado para el duque de Lerma. En 1623 la obra pasó a propiedad de Felipe IV que la ubicó en el Alcázar de Madrid donde fue retocada por Rubens a su regreso a España en 1628.
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