Estas estampillas son de los inicios de la década de los 60, del siglo pasado, y se utilizaban de forma voluntaria junto al franqueo de la correspondencia. Su importe era destinado a sufragar parte de los gastos de las hermandades mediante la Agrupación de Cofradías.
Hoy la Semana Santa linarense figura entre las mejores de Andalucía gracias al esfuerzo que hicieron, en la época más difícil, hermandades como la Santa Cena, Rescate, Nazareno y Expiración. Y no podemos olvidar que el empujón casi definitivo vino de la hornada de jóvenes que, allá por 1979, se hizo cargo del Prendimiento y puso un broche de emoción y pasión en los desfiles procesionales.
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