sábado, 16 de abril de 2011
Estampas de Sevilla - 16 Esperanza Macarena
No se puede concebir la Madrugá sin la fiesta de la Señora de Sevilla, la Esperanza Macarena. Esa Sevilla dual, que llora a sus Cristos, a la vez muestra su apasionado y ferviente amor hacia la Madre del Salvador. La Esperanza Macarena reina, con todos los honores, en la noche más larga de la ciudad hispalense. Es aplaudida, vitoreada, piropeada, aclamada,... por la misma gente que minutos antes, o después, mostrará su más impresionante silencio y respeto ante el Gran Poder. Es la magia de la Madrugá, cuando, sobre las dos de la mañana del viernes santo de cada año, la Señora se asoma a las puertas de su Basílica para recorrer la ciudad durante más de doce horas. Desde ese momento, una ingente multitud le acompañará y cubrirá de pétalos su palio y sus oídos de alabanzas. Es el grito de Sevilla a su paso, aunque alguno lo desapruebe, pero el pueblo manda: ¡Macarena, guapa, guapa y guapa!
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