martes, 19 de enero de 2010
¡Que te dé el platillo!, mi primera Pepsi
Tendría yo por aquella época unos siete años y la cercana boda de mi tío hizo que viajásemos a Úbeda para hacer las compras en los Almacenes "El Métrico", en la calle de la Trinidad. Lo típico era viajar toda la familia y comprar la tela para vestidos o trajes, zapatos, etc., ya que el pueblo carecía de comercios bien surtidos para este menester, aunque disponía de buenos artesanos zapateros como mi vecino Miguel "Pateta", experto en calzar a los hombres que las mujeres era "otro tema".
Mientras la familia era atendida por los solícitos empleados del Métrico, mi padre me llevó a dar una vuelta y entramos en un bar, en la plaza del General Saro, ya que hacía algo de calor y una cerveza fresquita (de nevera con hielo) venía siempre bien. Me preguntó que si quería un refresco, ¡ya lo creo que quería un refresco!, mis ojos habían descubierto, sobre una vieja estantería de madera, dos botellines que parecían salidos de una película de ciencia-ficción: Coca-cola y Pepsi-cola. Nunca había visto esos refrescos de raro color, ni sabía si me gustarían, eso no importaba en aquel momento, sólo quería poseer aquello que algún compañero de cole me había mostrado, hacía tiempo, como un valioso tesoro: el "platillo" de los citados refrescos.
Tuve que decidirme, no podían ser los dos, o tengo el de Coca o tengo el de Pepsi. No lo dudé mucho, los colores del "platillo" de Pepsi me atraían mucho más que el gris metálico de Coca cola, así que, en voz baja para que no me oyese el camarero, dije a mi padre: "Quiero una Pepsi, pero que te dé el platillo".
*El "platillo" es la chapa o tapón metálico que cierra la botella.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario