Una persona presenta al concurso tres carteles y uno de ellos es el elegido como ganador, pero horas después del fallo se denuncia en las redes sociales que es un plagio. La actitud lógica, coherente y unánime de todos los miembros del jurado, salvo que las normas permitan el plagio, sería anular el resultado y descalificar de inmediato a esa persona y sus trabajos para seguir en el concurso pero... le dejan continuar.
Y tras estudiar una segunda obra presentada por la mencionada concursante pues resulta que también se trata presuntamente de un plagio. Si cabía alguna duda para descalificar a la persona autora, que ya habría sobrepasado con creces las normas de la ética, con esto debía ser más que suficiente para su exclusión pero parece que los políticos componentes del jurado son más pacientes que el santo Job y acuerdan que la susodicha persona puede y debe continuar en el concurso. Y tras tan duro y pertinaz esfuerzo, se decide premiar el tercer trabajo (ya no quedaban más de la autora) como ganador del Concurso del cartel de Feria 2024, con sus 1.000 euros de premio correspondientes.
Tras esta singular y esperpéntica decisión, que clama al cielo al llegar al conocimiento de los ciudadanos, ahora hay reproches de unos a otros en la prensa y en las redes. Nadie se hace responsable del desaguisado pero esa responsabilidad concierne a todos y cada uno de los responsables políticos ecijanos por falta de normativa, diálogo, de lógica, de justicia y de responsabilidad ante el pueblo de Écija. Y algo que debió quedar sólo en una anécdota, que bien gestionada hubiera tenido sólo un reducido ámbito local, se ha extendido como el aceite y convertido en una noticia poco comprensible para una mente normal.
El Ayuntamiento debiera entonar un mea culpa colectivo, dar por desierto el concurso aunque suponga un daño a los demás artistas que presentaron sus obras y encargar el trabajo a un artista local reconocido o al equipo de diseño municipal, si lo hay.
También hay una víctima que probablemente nunca estimó la relevancia de aquel acto, la autora de los carteles, y aunque le hayan concedido el dinero del premio no creo que le compense el daño sufrido por un desacierto puntual que debe servirle de aprendizaje en la vida.
No conozco las condiciones personales de la persona afectada, puede que ese dinero le sea tan necesario que poco importe las miradas o críticas de la gente. En caso contrario, daría un buen ejemplo renunciando al premio o donando el dinero a una ONG local.
Para terminar, no hemos querido reproducir los carteles objeto de esta polémica, no sería justo sin conocer las demás propuestas llevadas al concurso. En su lugar exponemos uno de los carteles más bonitos y originales de la Feria de Écija, el del año 2022 de Virginia Bersabé y Ángel García Palacio.
Saludos, que haya paz y generosidad entre convecinos y feliz feria.
FERIA DE ÉCIJA 2022
Virginia Bersabé y Ángel García Palacio
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