Esto no cambia, ni aunque llegue septiembre y creamos que la gente tiene que trabajar. Parece en este pueblo que todos estamos de vacaciones, somos políticos a sueldo o vivimos del paro. Aquí no trabaja nadie y los hospitales los cierran los fines de semana, los autobuses y taxis circulan con robots, los bomberos descansan bajo el puente, o sea, que estamos todo el día tumbados a la bartola.
Viene a cuento porque al gamberrismo y chusmerio que invade la villa cada madrugada, de cada día, de cada mes de abril a octubre, y el resto no lo sé porque, por suerte, cierro mis ventanas con doble acristalamiento de climalit, digo que ahora se le suman los festivales chusmeros de las barriadas al canto, que te tienen hasta las tres de la madrugada, con actuaciones al aire libre, altavoces a tutti plen, pachangueo y flamenqueo corralero para que no pegues el único ojo que te queda sano despues de aguantar a los del harlem pelotero de la siesta. Que el pueblo está que da pena, irreconocible, sucio, ruidoso, caótico, contaminado, ... y que la gente de aquí se va en cuanto puede. Nos estamos cargando San Juan y no veo que los municipes hagan algo al respecto. ¿Para qué hacen normativas municipales si luego no se cumplen? ¿Cuántas sanciones se ponen a los grupos que, en la madrugada, molestan con ruidos a los vecinos?, ¿a los que circulan con la música a todo volumen?, ¿a los que mantienen abiertos los chiringuitos fuera del horario permitido? ¡Menuda herencia le vamos a dejar a nuestros hijos!
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