Descansad en paz

Me tendréis que perdonar que no me haya ocupado de las grandes tragedias acontecidas estos días, léase terremoto de Perú, incendios de Grecia, inacabables guerras de Afganistán o Irak, crueldad del terrorismo etarra, ... y hable de estas "pequeñas pérdidas" que se nos han ido en dos días. Si ayer conocíamos la muerte de Emma Penella, la gruñona pero adorable abuelita de "Aquí no hay quién viva", hoy nos despertamos con la noticia de que Paco Umbral ya no volverá a pisar la panadería que le sirvió para sus diarias crónicas en "El País" y que Antonio Puerta, con toda una vida por delante, tendrá que oir los cánticos nervionenses desde el cielo. Somos muchos los que nos hemos deleitado con el buen trabajo que estas personas hacían, hemos reído a carcajadas con Emma, sonreído con las salidas de Umbral o deleitado con sus amenas y ácidas columnas, entusiasmado con la habilidad de Puerta, ... Son pequeños trozos de nuestra vida que se escapan y nos apena el sentimiento de no poder volver a sentirlos, tocarlos, vivirlos. Donde quiera que ahora estéis, Emma, Paco, Antonio, sabed que habéis dejado huella en nosotros. Gracias por todos los momentos en que vuestra compañía nos hizo sentir vivos, nos hizo vibrar, reir, cantar, ... Gracias por hacer que nos sintiésemos personas a vuestro lado. Descansad en paz.