Gente en la Feria, "pa qué decí", no cabía un alfiler en las calles aledañas a las casetas y "toíto" el personal casetero estaba afuera y "enquistao" en su cachito de acera. Las jarras de rebujito se evaporaban en segundos entre el personal casetero de la calle mientras el jamoncito y las gambas quedaban sólo para los que tenían el valor de aguantar sentados dentro del infierno bajo la lona.
Las mujeres, como es de ley, guapísimas; la gran mayoría luciendo sus llamativos y esbeltos trajes de flamenca sin importar condición ni edad. Arte para lucir, arte para bailar. ¡Estamos en Sevilla!
Y para muestra un ejemplo de lucimiento y belleza.
Cruzcampo le puso un toque de color, rojo por supuesto.
Y es que las bullas no asustan a los sevillanos, nos sentimos en ellas como pez en el agua.
Estas mulillas lucen sus encantos, ¡estamos en Feria!
Una fila interminable de coches de caballos entrando al Ferial.
La Portada, dónde todos quedan y casi nadie se encuentra.
"Encanto" bajo la Portada.
La simpatía de la amazona, guapa y con maestría.
Muchos jóvenes a caballo, tradicción que se conserva.
Montar a caballo, todo un arte y estilo para la mujer.
La Portada sirve de faro en el inmenso entramado de calles.
Al atardecer, el alumbrado realza el recinto.
Los farolillos dan un aire especial a las calles, son los ansiados y nostálgicos globos de colores de nuestra infancia.
La Portada iluminada. La quedada nocturna hace muy difícil encontrarse bajo ella a pesar de que ya todos llevan el móvil pegado a la oreja.
Y es en la noche, bajo la mirada de las estrellas, cuando en verdad da comienzo la fiesta.
%202024%20-%20Mar%C3%ADa%20Jos%C3%A9%20Cumbreras%20.jpg)
0 comentarios:
Publicar un comentario