Salobreña tiene la sal en el nombre y en el aire. Es un retazo de espuma de una gigantesca ola atrapada en la roca. Vive junto al mar pero añora la montaña a la que mira y admira. Es una joven venida de Sierra Nevada que juega en la orilla del Mediterráneo sin querer mojarse los pies. Adorna sus calles con las flores de la sencillez y lava su cara cada mañana para que reluzca con el sol. Terroncitos de azúcar sobre el Peñón son sus casas y, sobre ellas, la torre de la iglesia y las almenas del castillo simulan el rubor de la inocencia. Salobreña tiene sangre vieja y valiente de humildes pescadores que lucharon contra los ponientes para traer el sustento familiar, de rostros arrugados por el sol que cultivaron la caña y sacaron lo mejor de ella; y sangre joven que la ha levantado con mimo y esfuerzo mirando hacia el mar. Salobreña es la niña bella de la costa granadina, duerme acunada casi oculta del mar y con la luz encendida, teme que los moros que partieron de ella al exilio puedan volver para llevársela.
lunes, 31 de mayo de 2010
Salobreña, doncella del Mediterráneo
Salobreña tiene la sal en el nombre y en el aire. Es un retazo de espuma de una gigantesca ola atrapada en la roca. Vive junto al mar pero añora la montaña a la que mira y admira. Es una joven venida de Sierra Nevada que juega en la orilla del Mediterráneo sin querer mojarse los pies. Adorna sus calles con las flores de la sencillez y lava su cara cada mañana para que reluzca con el sol. Terroncitos de azúcar sobre el Peñón son sus casas y, sobre ellas, la torre de la iglesia y las almenas del castillo simulan el rubor de la inocencia. Salobreña tiene sangre vieja y valiente de humildes pescadores que lucharon contra los ponientes para traer el sustento familiar, de rostros arrugados por el sol que cultivaron la caña y sacaron lo mejor de ella; y sangre joven que la ha levantado con mimo y esfuerzo mirando hacia el mar. Salobreña es la niña bella de la costa granadina, duerme acunada casi oculta del mar y con la luz encendida, teme que los moros que partieron de ella al exilio puedan volver para llevársela.
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