CATEDRAL DE CÁDIZ
Santa Cruz sobre el mar
CATEDRAL DE CÁDIZ
Cripta
La época en que tuve la fortuna de vivir en "mi Cai", la Catedral llevaba años cerrada porque la intensa humedad desmoronaba la piedra con que se construyó (caliza y ostionera) y produjo graves daños en ella. No pude visitarla y anhelaba poder ver algún día lo que aquellas grandes puertas ocultaban a la vista. Ahora he vuelto, con la suerte de poder recrearme en la sencillez con que muestra su intensa belleza y riqueza. Pero la sorpresa fue su cripta, había oído hablar de que está bajo el nivel del mar, a pocos metros de él y cómo se encoge el alma al escuchar el romper de las olas desde su interior. Ayer, a las tres de la tarde, el mar estaba en calma y éramos pocos los visitantes del recinto sagrado, reinaba un sepulcral silencio cuando mis pasos descendieron por la escalera y mi vista se sorprendió con un recinto que parecía sacado del Medievo, allí podía imaginar una reunión de caballeros Templarios discutiendo su estrategia antes de partir a la reconquista de Jerusalén. Me dirigí hacia la cúpula central y comencé a oír otros pasos junto a los míos, que se hacían más intensos, a la vez que se multiplicaban, conforme me acercaba a su centro; dije "Dios mío" y resonaron miles de "Dios mío", como si un inmenso gentío bajo mis pies repitiese mis palabras de forma encadenada en un tiempo que me pareció infinito. Sólo estaba yo, como mortal, pero allí había algo más, pensé en los miles de almas que perdieron su vida en asedios, epidemias, hambrunas, cobijados para la eternidad en aquel sacro lugar. Sentí que esas gentes hablaban a través de mi voz. No tuve miedo sino la sensación de que allí hay una puerta a otros mundos, los que guarda Cádiz en sus entrañas.
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