Mejor no opinar de este 2021 al que le quedan pocas horas de vida. Nos hizo ver un atisbo de esperanza con las vacunas y, tras el verano, nos las ha dado todas a la vez. Nuevas variantes más contagiosas y resistentes a las vacunas actuales; el maldito volcán Cumbre Vieja, en la bellísima isla de La Palma, que ha destruido las ilusiones, los recuerdos, el trabajo y las viviendas de muchos vecinos de la isla; el recibo de la luz con subidas impensables que benefician a unos pocos a costa de arruinar a los más pobres; la inflacción galopante para que no sirva de nada la subida de sueldos o pensiones y merme el poder adquisitivo de nuestros ahorros; un gobierno cuyos apoyos son, entre otros, aquellos que nos quieren destruir como país y una oposición que grita pero no colabora para evitarlo. Un gabinete con "le ministre" que, a falta de aptitud política, se dedica a destruir el lenguaje pero "igual-le-da".
Y, como parte positiva, una ministra, Yolanda Díaz, que ha mostrado cómo a los acuerdos se llega tras el diálogo con todas las partes implicadas. También un gobierno de la Junta de Andalucía, el tándem Moreno-Marín, que está procurando hacer las cosas mucho mejor que sus antecesores. Por último y más importante, felicitar al personal sanitario y docente por su esfuerzo continuado y a la UME por su inmensa e impagable ayuda en las catástrofes que hemos padecido.
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