| Y es que se le pueden adjudicar muchos calificativos a Setenil, situada en la ruta de los Pueblos Blancos gaditanos, pero sobresale la sensación que su contemplación nos produce: "una impresión sublime ante la belleza urbanística y el ingenio humano para aprovechar la Naturaleza respetándola y conviviendo con ella". |
| Setenil hunde sus raíces históricas en el Neolítico aunque es en el Bajo Medievo cuando hay constancia de asentamiento humano en el lugar que hoy ocupa la población. |
| El pueblo, de preciosas casas encaladas, desciende del castillo hasta el valle con un entramado urbano serpenteante que se adapta a las formas rocosas naturales con un respeto total ya que le sirven de cobijo. |
| Setenil debe el apelativo de "las Bodegas" a su antaño importante producción de vino al que puso fin una plaga de filoxera que acabó con las vides y obligó a los agricultores setenileños a buscar otras formas de vida con nuevos cultivos. |
| Su situación estratégica, enclave muy importante para la conquista de Granada por los Reyes Católicos, hace que su castillo, considerado casi inexpugnable, se vea sitiado en numerosas ocasiones por las tropas cristianas hasta ser conquistado el 21 de septiembre de 1484. |
| Las calles se extienden a ambos lados de río Guadalporcún. Es en la parte más baja del pueblo, junto al río, donde encontramos las casas más llamativas construidas al abrigo de las rocas que, en algún caso, llegan a cubrir la calle. |
| El castillo de Setenil, fortaleza nazarí del siglo XIII, conserva toda su cerca amurallada, de unos 500 metros de longitud, aunque pasa desapercibida en muchos lugares para el visitante ya que el entramado urbano la utilizó adosando sus viviendas a ella de forma que sirve como pared trasera. |
| Algunas calles son espectaculares por lo estrechas y empinadas que están. Es recomendable iniciar la visita por la parte alta de Setenil e ir descendiendo hasta el valle. Y, por supuesto, utilizar un buen calzado que no resbale. |
| Y aquí tenemos la calle más espectacular, "Cuevas de la Sombra", donde el sol jamás penetra. En invierno poco transitada, excepto turistas, y es que el frío también es espectacular. |
| La ventaja que tiene esta calle "Cuevas de la Sombra" es que puedes entrar en cualquiera de sus bares y restaurantes y tomar, con cierta tranquilidad, una exquisita comida o buen tapeo y a precios muy razonables. |
| En la otra parte del río está la calle "Cuevas del Sol" donde se reciben los anhelados rayos solares que llegan en invierno y, en su busca, se concentra la mayoría de los viandantes. Allí se instalan los mercadillos y sus antiguas casas cobijadas se han convertido en negocios de cara al turismo. |
| En las terrazas al sol se puede saborear una magnífica cocina gaditana con productos tanto del mar como de la sierra. Claro, hay que tener paciencia para ser atendido o, ya saben, cruzar el puente e irse a "Cuevas de la sombra" con productos de igual calidad pero mucha más tranquilidad. |
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