La estancia en Sevilla de Francisco de Zurbarán y Márquez le hace tomar partido y convertirse en un fervoroso defensor de las ideas concepcionistas que allá por 1616 crearon gran polémica en la ciudad debido al enfrentamiento entre defensores y detractores de la Inmaculada Concepción de María. A partir de esa fecha, la sociedad sevillana será la gran defensora y propulsora del dogma concepcionista y los grandes pintores de la Escuela Sevillana del siglo XVII, con Zurbarán y Murillo a la cabeza, dedicarán gran parte de su tiempo y energía a la propagación del culto a la Inmaculada Concepción a través de sus obras pictóricas.
Presentamos aquí una muestra cronológica de la extensa obra con que Francisco de Zurbarán sirvió a las ideas concepcionistas y a la extensión del culto a la Inmaculada Concepción.
La Virgen aparece en actitud de oración, con las manos unidas, y con una simbología que sólo está al alcance de los entendidos en temas teológicos. A la vez, y para la gente sencilla, el pintor nos muestra una María bella, de dulces rasgos, a fin de promover el fervor hacia su culto.
viernes, 22 de noviembre de 2013
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