sábado, 7 de diciembre de 2024

Francisco Pacheco y la Inmaculada Concepción

    Francisco Pacheco (Sanlúcar de Barrameda, 1564 - Sevilla, 1644) fue un pintor y tratadista de arte español, del periodo manierista. Su verdadero nombre era Francisco Pérez del Río. 
    Siendo adolescente se trasladó a Sevilla donde su tío, Francisco Pacheco, ejercía como canónigo de la Catedral. Adoptó el nombre de su tío y comenzó su formación artística en el taller del poco conocido pintor sevillano Luis Fernández. Finalizó su formación en 1585 y obtuvo el título de pintor, estableciendo su propio taller en Sevilla. 
    En 1594, contrajo matrimonio con María Ruiz de Páramo, lo que marcó el inicio de una etapa de consolidación en su carrera artística. Gracias a sus buenas relaciones con el clero, la nobleza y los poderes de la ciudad, logró una amplia y selecta clientela. Al comenzar el siglo XVII, Alonso Cano se había consolidado como el principal pintor de Sevilla. En 1610, emprendió un viaje a Madrid donde permaneció hasta 1611, relacionándose con otros pintores de la época como El Greco. Ese mismo año, Diego Velázquez se unió a su taller como aprendiz. 
    Durante este periodo, Francisco Pacheco acumuló importantes cargos y títulos que elevaron su estatus social, incluyendo el título gremial de "veedor del oficio de la pintura" y el de "veedor de pinturas sagradas", otorgado por el Tribunal de la Inquisición. Pacheco reunió a un círculo de poetas y eruditos en una especie de academia neoplatónica, donde se buscaban apoyos para ennoblecer el arte de la pintura. En 1626, comenzó su declive como pintor ante la llegada a Sevilla de Francisco de Zurbarán y Francisco Herrera el Viejo, pintores de gran calidad y prestigio. 
    Escribió el "Libro de los retratos", que recogía casi setenta retratos de personajes importantes, acompañados de breves semblanzas biográficas. En sus últimos años, redactó un tratado artístico titulado "Arte de la Pintura", que concluyó en 1641 y fue publicado póstumamente en 1649, considerado uno de los mejores tratados artísticos del barroco español. 
    Entre su extensa obra pictórica presentamos cinco cuadros correspondientes a la temática de la Inmaculada Concepción.

Inmaculada - 1610 - 141x100 cm - Francisco Pacheco - Palacio Arzobispal de Sevilla 
INMACULADA CONCEPCIÓN - 1610
Francisco Pacheco
Palacio Arzobispal - SEVILLA

    La Inmaculada que se conserva en el Palacio Arzobispal de Sevilla es la más antigua y sencilla de la Inmaculadas pintadas por Pacheco. Sigue las normas que él mismo detalla en su "Arte de la Pintura" de cómo se debía pintar a la Virgen Inmaculada Concepción: " A se de pintar, pues, en este aseadísimo Misterio esta señora en la flor de la edad, de doze a treze años, hermosísima niña, lindos y graves ojos, nariz y boca perfectísima y rosadas mexillas, los bellísimos cabellos tendidos de color de oro, en fin cuanto fuese posible humano pinzel". Es una tradición reconocida que Francisco Pacheco usaba a su hija Juana como modelo para sus representaciones de la Inmaculada Concepción.  

Inmaculada con Bernardo de Toro - 1619 - Francisco Pacheco - 131x108 cm - Colección de don Miguel Granados
LA INMACULADA CON BERNARDO DE TORO - 1619
Francisco Pacheco
Colección Granados - MADRID

    La Congregación de la Granada de Sevilla no fue únicamente un evento religioso sino también uno de los fenómenos sociológicos e ideológicos más significativos en la España moderna. Fundamentó su ideología y acciones durante un siglo en la defensa de la igualdad social contra la discriminación que sufría un gran número de individuos, muchos de ellos descendientes de judeoconversos.
    En esta obra aparece junto a la Inmaculada la figura del último líder de la Congregación, Bernardo de Toro (1570-1643).

La Inmaculada con Miguel del Cid - 1619 - 106x110 cm - Óleo sobre lienzo - Francisco Pacheco - Catedral de Sevilla
LA INMACULADA CON MIGUEL DEL CID - 1619
Francisco Pacheco
Catedral de Sevilla

    Esta obra de Pacheco estuvo colocada en la Sacristía de los Cálices de la Catedral de Sevilla y nos presenta a la Inmaculada Concepción acompañada de Miguel Cid.
    Miguel Cid (Sevilla, 1550-1615) fue un poeta autor de temas religiosos que participó en las justas poéticas que tuvieron lugar en Sevilla a finales del siglo XVI y principios del XVII. Miguel de Cervantes, en su obra "Viaje al Parnaso" le llamó el Poeta Santo por la devoción expresada en sus versos. Perteneció a la Congregación de la Granada de Sevilla.

La Inmaculada con Mateo Vázquez de Leca -  1621 - Francisco Pacheco - Colección del Marqués de la Reunión
LA INMACULADA CON MATEO VÁZQUEZ DE LECA - 1621
Francisco Pacheco
Colección del Marqués de la Reunión de Nueva España

    En esta obra de Francisco Pacheco, se muestra a la Inmaculada al lado de uno de los más incansables defensores de la causa inmaculista, el Arcediano de Carmona, Mateo Vázquez de Leca.
    Vázquez de Leca, desde su juventud, disfrutó de una vasta fortuna y una destacada posición social en la Sevilla del Siglo de Oro. A pesar de un comienzo de vida algo disoluto, una visión en la que la muerte se le presentó como una hermosa mujer marcó un cambio drástico en su existencia. Con la guía de Fernando de Mata, su director espiritual, se convirtió en un ferviente defensor de la Inmaculada Concepción. Utilizó su riqueza para financiar tanto la primera impresión de las coplas de Miguel del Cid como la expedición a Roma junto a Bernardo del Toro, enviados por el Arzobispo de Sevilla, Don Pedro de Castro, para pedir en nombre del rey Felipe III a Su Santidad Paulo V que apoyara dicha doctrina. La satisfacción llegó con el decreto pontificio "Sanctissimus Dominus noster" del 31 de agosto de 1617, que establecía que "nadie se permita afirmar públicamente, en sermones, lecciones, conclusiones u otros actos de cualquier índole, que la Santísima Virgen fue concebida en pecado original", hasta que el Papa o la Santa Sede lo definieran o derogaran.


La Inmaculada - 1624 - Francisco Pacheco -  Parroquia de San Lorenzo de Sevilla
LA INMACULADA CONCEPCIÓN - 1624
Francisco Pacheco
Parroquia de San Lorenzo - SEVILLA

    Entre las obras de la Inmaculada de Francisco Pacheco que se encuentran en Sevilla, destaca por su singular belleza la conservada en la Capilla del Bautismo de la Parroquia de San Lorenzo. Firmada y datada por el artista como F.P. 1624, sus dimensiones (305 x 195 cm) la convierten en una de las piezas más relevantes que Pacheco creó sobre este tema. Posee un distintivo toque de originalidad: la Trinidad admirando a la Virgen, los ángeles que la circundan, los símbolos de las Letanías Lauretanas presentes en la pintura, y una detallada vista de Sevilla en la parte inferior. El paisaje que muestra la ciudad de Sevilla, con el río dividiendo la zona antigua de la ribera de Triana, es uno de los más completos realizados por Pacheco.

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