Cartel 2012 Tomás Alvarez | Virgen de la Bella |
La ciudad de Lepe celebra la Romería en honor de su Patrona, Nuestra Señora de la Bella, del 11 al 14 de mayo. Vamos a conocer algunos detalles sobre la historia de esta advocación mariana.
HISTORIA DE LA VIRGEN DE LA BELLA
Cuentan que allá por 1840, en un caluroso 15 de agosto, paseaban unos frailes franciscanos junto a la desembocadura del río Piedras cuando observaron cómo una pequeña embarcación se acercó a la playa y de ella bajaban tres marineros portando una gran caja de madera. Estos se acercaron a los frailes y les pidieron que guardasen la caja en el convento hasta su regreso, con el ruego de que no la abrieran.
Los franciscanos cumplieron el encargo y pasó el tiempo sin que se tuviese noticia alguna de aquellos marineros por lo que comenzaron a preguntarse si deberían abrir la caja para conocer su contenido y encontrar alguna pista sobre sus propietarios. Decidieron hacerlo en presencia de toda la comunidad y, tras quitar unos paños que le servían de envoltura, apareció ante los atónitos ojos de los franciscanos una bellísima imagen de Nuestra Señora que portaba en el regazo a su amado Hijo. Entonces se oyó una exclamación unánime: ¡Oh, qué Bella! ¡Es como la del Cielo!
La noticia del hallazgo se extendió rápidamente entre los vecinos del lugar que se acercaban al convento, junto a la actual Ermita del Terrón, para conocer la Virgen Bella y postrarse ante ella. Su fama hizo que aquel convento fuese conocido por el nombre de “Convento de Nuestra Señora de la Bella” y allí permaneció la imagen de Nuestra Señora hasta el siglo XIX en que la desamortización de Mendizábal provocó la desaparición del convento. Esto ocasionó que la comunidad de frailes decidiera su traslado al Convento de Santa María de la Rábida, en Palos de la Frontera, llevándose consigo a la Virgen Bella y todos sus enseres.
En la mañana del 7 de agosto de 1835 una embarcación llegó a la playa del Terrón para realizar el traslado de la venerada imagen y los enseres del convento a Palos de la Frontera, pero el pueblo estaba preparado ya que, en la madrugada, el fraile José había avisado casa por casa a los vecinos de Lepe y estos se presentaron en el convento, liderados por el fraile, al grito de ¡Viva la Virgen Bella! En volandas, cogieron la imagen por la que sentían tanto amor y devoción y la llevaron a la iglesia de Santo Domingo de Guzmán donde quedó hasta hoy para que los leperos y todos aquellos que son devotos de Nuestra Señora pueden admirarla y hacerle llegar sus oraciones.