viernes, 14 de mayo de 2010

Leyendas de Sevilla - 1 El Hombre de Piedra

Placa con la Ley 11 de Don Juan II situada en la calle Villegas, junto a la Plaza del Salvador - Sevilla
   
      Mandó el Rey Don Juan II (siglo XV) que “El rey i toda persona que topare el Santísimo Sacramento se apee, aunque sea en el lodo so pena de 600 maravedises según la loable costumbre desta ciudad, o que pierda la cabalgadura y si fuere moro de catorce años arriba que hinque las rodillas o que pierda todo lo que llevare vestido...
      Sucedió por entonces que en la calle Buen Rostro varias personas se encontraban en la taberna cuando oyeron rezos y el sonido de una campanilla. Al asomarse a la puerta vieron como un grupo, vestido con ropajes religiosos, se adentraba en la callejuela y, entre ellos, al párroco de San Lorenzo, que apretaba contra su pecho el Viático con la Sagrada Forma en su interior. De inmediato todos salieron y se arrodillaron excepto uno, llamado Mateo el Rubio, que alardeando de su valentía, y quizá algo bebido, no sólo les insultó y se mofó de ellos sino que les decía en voz alta: “No me arrodillaré sino que me quedaré de pie, para siempre”
      Cuentan que en ese momento cayó un rayo que le convirtió en una pétrea figura para que así permaneciese siempre de pie. Desde entonces, la calle fue conocida por Hombre de Piedra tal como ha llegado hasta hoy.

Hombre de Piedra - Sevilla

      (La calle Hombre de Piedra está en el Barrio de San Lorenzo, a espaldas de la parroquia, junto a la Alameda de Hércules. La figura de piedra que le da nombre tiene origen romano y presidía las termas que había en aquel lugar; posteriormente los árabes construyeron allí unos baños que se conocieron como Baños de la Estatua. Después de dos mil años, el Hombre de Piedra aún continúa en su lugar de origen.)

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