Hace unos años algunos exaltados almonteños se propusieron, y lograron, que la Señora diese la espalda a la Hermandad de Triana en su solemne procesión por la aldea. Demasiado buen corazón tuvieron los trianeros y un inmenso amor a su Reina para derramar ríos de lágrimas pero volver con toda ilusión al año siguiente. Ahora, otros exaltados, han vuelto a utilizar la sagrada imagen de la Madre de Dios para dar una bofetada simbólica, pero sabiendo donde hacían más daño, a las camaristas de la Virgen. Dicen que por unas fotos del Pastorcito, de la Señora, de... ¡Qué magnífico ejemplo de cristianos luchando por llevar a la Señora para utilizarla como arma contra dos mujeres! Si esas camaristas no deben continuar en su puesto que sea la Matriz quien investigue y las cese si su conducta no ha sido apropiada, es su obligación, pero, ¿quiénes son esos almonteños iracundos para levantar a la Señora contra nadie? Estoy seguro que la Reina cerró sus ojos para no ver el atropello que se estaba cometiendo contra sus dos hijas por aquellas gentes que la portaban. Lamentable espectáculo, bochornoso para cualquier cristiano e impropio de un rociero. Ni Almonte y su Hermandad Matriz, ni los rocieros presentes o ausentes, ni la Virgen del Rocío se merecen este comportamiento.
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