jueves, 28 de enero de 2010

Mis rincones favoritos: 1 - Praga - Praha

Praga es una ciudad mágica, para perderse por sus calles y plazas, para admirarla, para penetrar en sus secretos sabiendo que nunca llegarás a conocerlos. Praga es sorprendente, enigmática, oculta. Praga te enamora y la sientes cercana y, a la vez, distante. Te encandila y te entristece, es cálida y fría, orgullosa, ostentosa, aristocrática y plebeya. Praga nunca te dejará indiferente.

Artesanía en madera - Dřevěné 
Son muchas las tiendas y puestos callejeros donde comprar juguetes artesanales hechos con madera. Especial atención a las marionetas que son una verdadera joya y las hay de todos los tamaños.
Barrio judío: Josefov - Židovská čtvrť: Josefov 
Podemos visitar las seis sinagogas y el cementerio judío. En la
Sinagoga Pinkas, de 1479, están inscritos los nombres de los 77.297 judíos checoslovacos asesinados por los nazis. La más antigua es la Sinagoga Vieja-Nueva, construida en 1270, de estilo gótico. La Sinagoga Española, de 1868, debe su nombre a su decoración morisca similar a algunos elementos de la Alhambra granadina.
Plaza de la Ciudad Vieja - Staroměstské náměstí
Es el centro de la vida pública de Praga desde la Edad Media. En ella podemos encontrar interesantes monumentos como la Iglesia de Nuestra Señora de Týn, la Iglesia de San Nicolás y el Ayuntamiento de la Ciudad Vieja.
Plaza de la Ciudad Vieja e Iglesia de Nuestra Señora de Tyn - Staroměstské náměstí a kostel Matky Boží před Týnem 
La Iglesia de Nuestra Señora de Týn fue construida en el siglo XVI sobre una iglesia románica. Es de estilo gótico tardío e impresionan sus dos imponentes torres de 80 metros de altura visibles desde muchos lugares de Praga.
Puente de Carlos a Malá Strana - Karlova mostu na Malé Straně 
Se encuentra sobre el río Moldava y comunica la Ciudad Vieja con la Ciudad Pequeña. Tiene 520 metros de largo y está flanquedo por 30 estatuas siendo la primera en ser colocada, en 1683, la de San Juan Nepomuceno que fue tirado al río en 1393 por orden de Wenceslao IV. Se dice que si pones la mano izquierda en la base de la estatua y pides un deseo, éste se concede.
Castillo - Návštěva Pražského 
Construido en el siglo IX, es el más grande del mundo. Está compuesto por un conjunto de palacios y edificios y alberga la residencia del Presidente de la República. La Catedral de San Vito, el Antiguo Palacio Real, el Callejón de Oro, el convento de San Jorge... son algunos de los monumentos que podemos encontrar en este emplazamiento.
Catedral de San Vito - Katedrála svatého Víta 
Es uno de los monumentos más bellos y significativos de Praga. Se inició su construcción en 1344 y ha pasado por distintas fases y arquitectos hasta 1929 en que fue abierta al público. En su interior se encuentra la tumba de Wenceslao IV, las Joyas de la Corona, y fue el lugar de coronación de los reyes de Bohemia.
Plaza de Wenceslao - Václavské náměstí
Sirvió en su tiempo como lugar donde se ubicaba el mercado de caballos. Hoy está rodeada de hoteles, restaurantes y tiendas. La preside el Museo Nacional de Praga, de 1890.
Ha pasado a la historia cuando, en 1989, los ciudadanos checos se manifestaron por la libertad y contra la represión policial dando lugar a la Revolución del Terciopelo que supuso el inicio de la caída del comunismo.
Cervecería U Fleku - Pivovar U Fleků 
No podemos irnos de Praga sin degustar su exquisita cerveza y más si es artesanal como la que ofrecen en esta atractiva y típica cervecería. Mucho turista  en su interior pero siempre encontraremos un hueco en alguna de sus numerosas salas para tomar una cerveza negra, especialmente deliciosa incluso para aquellos que no sean muy amantes de esta bebida.
Reloj Astronómico - Staroměstský orloj 
Situado en la Plaza de la Ciudad Vieja, en el edificio del Ayuntamiento, fue construido en 1490 por el maestro relojero Hanus y perfeccionado en el siglo XVI por Jan Taborsky. Es el reloj medieval más famoso del mundo y se compone de tres partes, de abajo hacia arriba:
- El calendario de Josef Mánes
- El reloj Astronómico
- Las figuras animadas
Eso sí, cuando suenen las horas y las figuras de los doce apóstoles se pongan en marcha, mucho ojo a sus pertenencias personales pues los carteristas están al acecho. No obstante, Praga,  es una ciudad que parece bastante segura.

lunes, 25 de enero de 2010

Las lumbres de San Antón















      El pueblo, allá por los 50, estaba poco iluminado. Con la puesta del sol, veía bajar diariamente por la calle Méndez Núñez al encargado de encender el alumbrado, una simple bombilla que colgaba en medio de la calle, separadas unos 20 metros(?) una de otra, sin más foco ni reflector que incrementase su escasa luz. Tampoco era muy necesario pues la gente de bien, que en el pueblo era toda (o casi), se encontraba en sus casas para cenar y acostarse pronto ya que el canto del gallo, al despuntar el alba, servía de despertador a toda la comunidad.
      La noche del 16 de enero era especial, a la puesta del sol se encendían las “lumbres” en honor de San Antón, y el pueblo se convertía en una fiesta de hogueras, aromas, convivencia… El “ramón” recogido tras la poda del olivar era depositado en el centro de la calle, junto a troncos más gruesos, para hacer una gran lumbre. Cada vecino aportaba la leña que buenamente podía y esa noche a las mujeres y niños les era permitido fumar cigarrillos que se hacían con matalahúva. Nos embargaba el hechizo de observar las pequeñas volutas del humo de los cigarros entre las oscilantes llamas de la hoguera, el crepitar de las ramas, los aromas de la savia joven del ramón y de la matalahúva, el cuenco de flores de maíz, el pan frito con aceite de oliva virgen que mojábamos en el chocolate, hecho a base de raspar las onzas de una tableta y cocerlo al fuego de leña con la sabiduría y paciencia que tenían nuestras abuelas para estos menesteres. Noche mágica al calor del fuego que nos protegía del frío viento que bajaba de la sierra, allá donde el pueblo dejaba de tener casas para convertirse en cuevas. Si la lumbre no bastaba para suavizar el frío siempre había una copita de “risol” (nos dejaban darle un sorbito) antes de mandarnos a la cama pues al día siguiente Don Florentino y su sapiencia, con el fiel acompañamiento de la palmeta, nos esperaban en la vieja escuela de la Carrera.

Lumbres: hogueras
ramón: ramaje que resulta de la poda de los olivos
risol: bebida casera elaborada con anís dulce y café

jueves, 21 de enero de 2010

Publicidad, mis primeros recuerdos

Norit - 1950 - Josep Artigas
NORIT 
Josep Artigas - 1950

      El pueblo me parecía demasiado grande, dada mi corta edad, y tenía sus zonas prohibidas; cuesta arriba no se podía pasar de la Carrerilla porque estaban las cuevas y la Sierra con los enigmáticos peñones del Tío y la Tía que cada día atraían mi curiosidad pero jamás llegué a ver de cerca; al este, (cuesta abajo), tampoco debía pasar de los grupos escolares General Fresneda, en la calle del Santo Cristo, porque allí acababa el pueblo y comenzaban los huertos y olivares; la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción era el límite norte y, a partir de ahí, estaba el Andaraje cuyo nombre lo asociaba a lugar tenebroso de cuento y por dónde se llevaban a los difuntos, algo aterrador para una mente inocente que creía en brujas, en el tío del saco y demás zarandajas que mi madre se encargaba de meterme en la mente y en el cuerpo para forzar mi obediencia a base de miedo. Mi única cierta libertad era el Lejío, con la impresionante sierra de la Dehesa al fondo, semejante a un imponente Castillo donde moraban gigantes que impedían la salida del pueblo a los niños curiosos.

Tintes Iberia - 1950 - Lluís Falgó García
TINTES IBERIA 
Lluís Falgó García 

      El motivo de esta libertad al Lejío era que allí vivían mis abuelos paternos y algunos tíos, así que se consideraba zona amigable. Aunque, realmente, el itinerario permitido se iniciaba y acababa en la Carrera, de la Iglesia al Paseo, y cualquier otra zona en que fuese descubierto era motivo de grave sanción que acababa en zapatillazos cuatro de cada dos veces (ya lo explicaré si alguna vez me apetece recordar esos episodios). Viene esto a colación porque a la entrada del Paseo, había una droguería con dos anuncios en su fachada que atraían intensamente mi atención, el de Norit el borreguito y el de tintes Iberia con una niña de cuyas manos brotaban cinco cintas de brillantes colores, de esas con que atábamos las rosquillas a la mata de romero en la festividad de la Virgen de las Roscas (fiesta de la Candelaria), rosquillas que además de estar riquísimas, se adornaban con pequeños granitos de anises coloreados, toda una fiesta para la vista, el olfato y el paladar. A la salida de la iglesia, después de la Misa donde se bendecían, estaban los pobres chavales de las cuevas que saltaban a cogerlas, más acuciados por el hambre que por el deseo de jugar o fastidiar. Recuerdo que mi padre me cogía en brazos para salvarme de aquella chiquillería hambrienta mientras mi madre sacaba algunos rosquillos que guardaba en su bolso y los repartía entre ellos.

      Estos carteles publicitarios estaban situados en la fachada exterior de una droguería, a la entrada del Paseo, y llamaban mi atención por su intenso colorido, especialmente el de Tintes Iberia, y por estar impresos sobre cristal o un material de similar aspecto.

martes, 19 de enero de 2010

¡Que te dé el platillo!, mi primera Pepsi

Chapas de Coca Cola y Pepsi Cola

      Tendría yo por aquella época unos siete años y la cercana boda de mi tío hizo que viajásemos a Úbeda para hacer las compras en los Almacenes "El Métrico", en la calle de la Trinidad. Lo típico era viajar toda la familia y comprar la tela para vestidos o trajes, zapatos, etc., ya que el pueblo carecía de comercios bien surtidos para este menester, aunque disponía de buenos artesanos zapateros como mi vecino Miguel "Pateta", experto en calzar a los hombres que las mujeres era "otro tema".
      Mientras la familia era atendida por los solícitos empleados del Métrico, mi padre me llevó a dar una vuelta y entramos en un bar, en la plaza del General Saro, ya que hacía algo de calor y una cerveza fresquita (de nevera con hielo) venía siempre bien. Me preguntó que si quería un refresco, ¡ya lo creo que quería un refresco!, mis ojos habían descubierto, sobre una vieja estantería de madera, dos botellines que parecían salidos de una película de ciencia-ficción: Coca-cola y Pepsi-cola. Nunca había visto esos refrescos de raro color, ni sabía si me gustarían, eso no importaba en aquel momento, sólo quería poseer aquello que algún compañero de cole me había mostrado, hacía tiempo, como un valioso tesoro: el "platillo" de los citados refrescos.
      Tuve que decidirme, no podían ser los dos, o tengo el de Coca o tengo el de Pepsi. No lo dudé mucho, los colores del "platillo" de Pepsi me atraían mucho más que el gris metálico de Coca cola, así que, en voz baja para que no me oyese el camarero, dije a mi padre: "Quiero una Pepsi, pero que te dé el platillo".

*El "platillo" es la chapa o tapón metálico que cierra la botella.

domingo, 17 de enero de 2010

Alájar, pueblo con encanto



Este bello rincón de la sierra onubense está a unos 12 km. de Aracena por la carretera de Linares de la Sierra o a 15 km. por Fuenteheridos. El camino, por Linares de la Sierra, es estrecho y discurre entre una frondosa vegetación donde abundan los castaños y alcornoques. Como buen pueblo serrano disfruta de una gastronomía muy rica en productos del cerdo ibérico, quesos artesanales de cabra y oveja, miel, dulces y mermeladas de castaña, productos naturales y ecológicos. Sus 800 habitantes le confieren una tranquilidad que sólo se ve alterada los sábados y festivos en que la invanden gentes de todos los lugares en busca de sus viandas y paisajes. Merece especial atención la visita a la Peña de Arias Montano, de la que hablaremos en otro momento. En la Plaza de España y alrededores hay buenos lugares para comer y comprar productos típicos. Un paseo por sus calles nos llevará a la iglesia de San Marcos, del siglo XVIII, cuya torre domina el caserío alajareño. Sus habitantes son gente de carácter abierto y agradable por lo que la estancia será perfecta.

lunes, 11 de enero de 2010

La lluvia en Sevilla ya no es una maravilla













A San Pedro, que guarda las llaves del cielo, se le ha olvidado cómo debe llover sobre Sevilla. Serán cosas de su longeva edad pero es que no sabe controlar el caudal de agua que sale de cada uno de los grifos celestiales que abastecen las calles y campos hispalenses. Hace algunos años, algo más de tropecientos y menos de los que he cumplido, dejaba caer unas pequeñas gotas, ligeras como campanillas navideñas, que daban aviso para guarecerse al caminante y, tras ellas, comenzaba una sinfonía de notas musicales producidas por el suave golpear de las gotas de lluvia sobre ventanales, tejados, aceras, viseras de edificios, kioscos, toldos inadvertidos, paraguas paseantes,… todo unido a la fresca y húmeda brisa que despejaba los sentidos para el disfrute de aquel pequeño milagro con que el guardián del Cielo nos premiaba. Ya lo confirmaba el dicho popular que corrigiendo la frase "The rain in Spain stays mainly in the plain" de My Fair Lady la traducía a su antojo por “La lluvia en Sevilla es una maravilla”.
Pero San Pedro ya no controla, lo mismo se olvida de abrir el grifo y nos tiene con la lengua fuera suplicando un poco de agua, que los abre a lo loco y disfruta viendo cómo nos transformamos en pececillos que intentan sobrevivir chapoteando, o los deja abiertos y se va a echar la partida diaria de dominó con Mateo, Juan y Judas Tadeo, y cuando vuelve menuda reprimenda se lleva, que al Padre ya lo tiene cansado con tantos despistes.
Desde aquí le aviso que ya se está formando la “Asociación de afectados por las negligencias de San Pedro” y le pedirán cuentas en cuanto lleguen a las Puertas del Cielo. Le aconsejaría que, cuando oiga el llamador, eche una ojeada por la mirilla y si ve a uno con barbas y cara de “malage” al frente, se haga el sordo y no les abra, mejor que se cansen de esperar y dirijan sus iras a la puerta de enfrente. Espero que, algún lejano día, San Pedro me devuelva el favor que le hago.

domingo, 10 de enero de 2010

Mi primo y yo (aventurillas infantiles)

Roberto Alcázar y Pedrín - Tebeos de la posguerra civil
ROBERTO ALCÁZAR Y PEDRÍN
  

        Los domingos, a la salida de misa de 11, nuestra primera misión era dirigirnos al kiosco situado en la plaza donde se concentraban la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción, el Ayuntamiento, el Casino y el Hotel Comercio. En las pequeñas cristaleras lucían láminas de muñequitas troqueladas, recortables, sobres sorpresa, garrotillas de caramelo y otros atractivos objetos que hacían las delicias de la chiquillería, pero nuestro punto de atención era la cristalera donde colgaban los tebeos que acababan de llegar, las últimas entregas del Capitán Trueno, Guerrero del Antifaz, Hazañas Bélicas o de nuestro héroe Roberto Alcázar y su fiel Pedrín. La imaginación se desbordaba al leer los títulos “El barco embrujado”, “La momia viviente”, “El hombre diabólico”, “El rayo de la muerte”, etc. y nos hurgábamos en los bolsillos a ver si con los diez céntimos (una perra gorda) que nos daban a cada uno podíamos comprarlo y vivir aquella interesante aventura que prometía la portada.
      No, no había suficiente y tampoco estábamos dispuestos a cambiar alguno de nuestros ejemplares, cuidados como tesoros, por otros manidos y sucios de enésima mano que podías conseguir mediante tu ejemplar y un abono de dos perras gordas, así que a esperar hasta conseguir comprar el nuevo ejemplar o, lo más habitual, darnos un paseo por la Carrera, la calle principal, y llegados al kiosco de Patachula (en realidad un portalillo con un pequeño tenderete sobre la acera), a la vista de las pipas, cacahuetes, cañamones, caramelos, bolitas de anís y chicles bazooka, nos olvidábamos de nuestro héroe y deleitábamos el paladar con un pequeño surtido de chuches a granel.

viernes, 1 de enero de 2010

Luna azul sobre el cielo de Sevilla















      En la noche del 31 de diciembre hemos podido contemplar, gracias a la tregua dada por el temporal, la llamada "luna azul".
      No es que la luna cambie de color sino que aparece la luna llena dos veces en el mismo mes, éste fenómeno se debe a que el ciclo lunar se repite cada 29,5 días y la media de nuestros meses es de 30,5 días, por lo que cada período de dos a tres años se produce en un mismo mes, incluso en dos meses, este fenómeno de dos lunas llenas. Sin embargo, para que esa luna azul coincida con el 31 de diciembre, tienen que pasar 19 años, así que la anterior ocasión ocurrió en 1990 y la próxima podrá verse en 2028.
      El nombre de luna "azul" viene de un dicho inglés relativo a que era muy improbable, o raro, que algo sucediera y se decía que eso sólo ocurría una vez "cada luna azul".
      Pues nosotros hemos tenido la dicha de poder asistir a ese espectáculo y, para aquellos que estaban ocupados, aquí les dejo la foto de la luna "azul" el 31 de diciembre de 2009 sobre Sevilla.