jueves, 5 de julio de 2007

40º C de felicidad y silencio


Sí, nadie imaginaría que yo estuviese feliz, con 40º C en la calle a plena sombra, y lo estoy. De verás que lo siento por aquellos que tengan que salir a la calle en estas tardes tórridas sanjuaneras, pero las alimañas están en sus guaridas y la calle en silencio, sólo se oye el piar de los gorriones en la arboleda y el runrún del aire acondicionado de mi vecino (no todo iba a ser felicidad), pero, ja ja, ni una sola alimaña en la calle. Imagino qué ciudad tan feliz si esos seres depravados no existieran, qué ciudad tan limpia, tan habitable, tan humana.
Pero llegará la noche y la turba vampírica se adueñará de San Juan, sólo se oirá el aullido de los lobos de ciudad, el flamenco desentonado del borracho, el ruido insoportable del CD del "coshe" de los niñatos, ...
¿Quién ha amamantado a esta descarriada marabunta? Yo lo sé, pero debo mantenerlo en el anonimato.

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